El tema de las elecciones en Misantla se está tornando candente, como siempre, recordemos que nuestra tierra en este tema ha sido apasionada, la elección de su alcalde, llaman mucho la atención ya que se elige a la autoridad más inmediata y cercana a la gente.
Es definitivo que Misantla, tiene muchos problemas que deben de atenderse, no deben ser bandera política si no se tiene la intención de resolver dichas demandas. Siempre que hay elecciones, surgen las propuestas, muchas respuestas a ellas son electoreras pero en si, las promesas de campaña deben cumplirse, dejar atrás aquello que “llegando al poder, veremos que se hace” las cosas no funcionan así por ello es que los candidatos deben poner mucha atención a esto y dejar las poses de los famosos “baños de pueblo” la política tiene que superarse, avanzar, los votos no se ganan con fotos, se obtienen con propuestas sensatas, que el pueblo pueda valorar.
El asunto es muy importante, desde nuestra óptica, un candidato debe ser realista y prometer aquello que sepa se puede cumplir, revisar el marco económico en que va a funcionar la siguiente administración, donde los recursos son piedra angular, entendemos que la política se finca en promesas, muchas de las cuales no se cumplen pero también sabemos que la política en su momento se nutre de lo que el pueblo quiere escuchar, así ha dado resultados, la pregunta es ¿debe seguir imperando ese esquema?
La lucha electoral como siempre promete ser muy interesante, reñida, donde sólo habrá un ganador, esperemos que quien sea, pueda interpretar el sentir del pueblo de ahí que pugnemos por una persona sensata, sensible, con deseos de servir para que nuestro municipio avance.
Otra vertiente de la lucha electoral es la denostación personal de los participantes pero es muy claro que la vida privada pertenece a eso, la lucha debe enfocarse las ideas, la manera de enfocar los temas que atañen a Misantla sin embargo es recurrente que en algunos medios y redes sociales, persistan los ataques personales, lo más fácil, quizá no lo más redituable pero que llama poderosamente la atención.
Como siempre, la suya es la mejor opinión.
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