Alfonso Meza y Carmona
Tercera Parte.
La Revolución Mexicana no se entendería sin la presencia y participación de Francisco I. Madero quien nació en Parras Coahuila en 1873 considerado como uno de los iniciadores en contra de la política reeleccionista de Porfirio Díaz.
Don Francisco I. Madero no fue el típico personaje de pueblo, al contrario, provenía de una acaudalada familia dueña de una extensa e importante Hacienda, formada por terratenientes e industriales que florecían al amparo de la política porfirista, incluso su formación había sido en escuelas de Francia y Estados Unidos.
Por alguna razón Madero simpatizaba con las ideas democráticas de aquella época que exigían la salida del dictador, organizaba grupos antirreeleccionistas pero en el fondo comulgaba con los latifundios que existían en aquel México, situación que años más tarde lo confrontó con el Caudillo del Sur Emiliano Zapata.
Podría decirse que Madero a pesar de su origen, buscaba que la democracia imperara en México, era un ferviente admirador del progreso y se decía un impulsor de la las condiciones de vida del pueblo en esa época explotado por el régimen porfirista.
Don Pancho Madero durante los años de 1909 y 1910 inició su peregrinar por el país en busca del voto, lo hacía con un reducido equipo de trabajo, había creído en las palabras que Porfirio Díaz había externado al periodista James Creelman de la revista británica “Person Magazine” en 1908 a quien textualmente dijo “He esperado pacientemente por que llegue el día en que el pueblo de la República Mexicana esté preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crédito nacional y sin interferir con el progreso del país. Creo que, finalmente, ese día ha llegado”.
Eran patrañas del viejo dictador quien lanzó su enésima candidatura para seguir gobernando al país del periodo de 1910 a 1916 pero su gobierno se vio en serios problemas por el inicio de la Revolución Mexicana que empezó el 20 de noviembre de 1910 y que finalmente lo desbancó del poder que ejerció con mano de hierro desde 1876 hasta 1911.
Sin embargo hay sectores en México que consideran que la obra de Porfirio Díaz fue importante ya que inició la modernización del México de aquellos tiempos pero a un costo social muy alto, ante la evidente pobreza del pueblo y la falta de seguridad social en un país con altos grados de marginación.
Era el año de 1910 cuando Don Francisco I. Madero inició su candidatura presidencial, enarbolando la bandera antirreleccionista y con la promesa de sacar a México de la pobreza e injusticia social que imperaba, que mostraba el rostro de la marginación donde prevalecían pésimas vías de comunicación, una población que no disfrutaba de la ostentosa vida de una minoría de personas allegadas al régimen de Don Porfirio, existían ciudades pobres y abandonadas con una sociedad dividida y una clase media sin futuro.
Era el México donde los grandes hacendados eran dueños de vidas y voluntades protegidos desde las altas esferas del poder representado por Porfirio Díaz Mori, era un México controlado por una cúpula de ancianos que gobernaban un país monolítico, donde caciques, gobernadores, jefes militares, políticos, ministros y toda la pléyade de funcionarios vivían en una burbuja muy alejada de la realidad social de México.
Todo lo anterior gestó el movimiento armado donde Madero fue una parte importante del engranaje para acabar con una pequeña burguesía que se había adueñado de poblaciones enteras siguiendo el modelo que se imponía desde el gobierno porfirista.
Francisco I. Madero era un idealista con ideas muy acendradas, con aires de cambio que en 1910 causaron preocupación en el régimen de Porfirio Díaz, cuando al llegar a San Luis Potosí externó “Que lo entiendan bien nuestros opresores; ahora el pueblo mexicano está dispuesto a morir por defender sus derechos; y no es que piense incendiar el territorio patrio con una revolución, es que no le arredra el sacrificio” esta última frase pinta claramente los ideales de Madero de quien se dice buscaba un cambio de gobierno mas no de régimen, queda ahí para los estudiosos de la historia.
Precisamente ahí en San Luis Potosí, Francisco I. Madero fue encarcelado por el gobierno de Díaz acusado de “conato de rebelión” por las declaraciones que hemos señalado, la idea era encarcelarlo para cuando se suscitarán las elecciones de 1910 donde obviamente Porfirio Díaz resultó ganador merced a las irregularidades de dichas elecciones.
Francisco I. Madero al ser liberado en San Luis Potosí huyó a San Antonio Texas declarando posteriormente la nulidad de las elecciones y desconociendo el gobierno de Porfirio Díaz.
Se había abierto la puerta para el inicio de la Revolución Mexicana, un nuevo escenario para México se vislumbraba.
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