Alfonso Meza y Carmona.
En América Latina existe la Comisión Económica para América Latina y el Caribe creada en 1948, organización dependiente de la Organización de la Naciones Unidas (ONU).
La CEPAL ha externado un dato preocupante en el sentido de que en América Latina existe, siempre ha existido pobreza pero con la pandemia del Covid-19 se ha acentuado y reconoce que en la región existen 22 millones más de pobres comparado con el año anterior, lo cual en sí constituye una tragedia que lastima al ser humano, dicha pobreza externa la CEPAL es la más acentuada en los últimos 20 años donde la desigualdad y la falta de empleo han golpeado especialmente a la gente más humilde, en esto ningún gobierno de la región ha podido revertir la situación.
La nota bien podría pasar desapercibida en un mundo que camina, avanza y en apariencia no nos afecta pero esto no tiene sustento alguno, basta salir a la calle para observar la pobreza que nos rodea, los innumerables hombres, mujeres y niños que tratan de sobrevivir, vendiendo algo, las miles de mujeres que desde casa emprenden un pequeño negocio que les permita llevar algo de sustento al hogar un comercio ambulante que mucho nos dice y que avanza inexorablemente, personas ofreciendo su fuerza de trabajo que poco éxito tiene y que de obtener algún precario empleo es mal pagado, algo innegable y que tiene a miles de familia en la penuria que apenas si sobreviven con escasos recursos, la falta de oportunidades, de empleo, un mundo totalmente desigual donde unos cuantos tiene todo y una mayoría sufre por carecerlo, un tema histórico que nunca se ha podido resolver y creo pasará mucho tiempo para ser solucionado.
El dilema es muy inquietante, perturbador, no le vemos solución a corto plazo, quizá pasaran muchos años para que se recupere mucho de lo perdido, todas las teorías que conocemos y conocimos en mundo divido entre capitalismo y socialismo, están ahí, esperando demostrar quién tiene la razón en tanto vemos una sociedad desgarrada, sumida en la pobreza e indiferencia de muchos, ese mundo conocimos y seguramente partiremos sin que cambie, no vale las palabra ni las buenas voluntades, cuentan las acciones.
Volviendo a la pandemia y a la situación tan lastimosa que nos está dejando, sólo pedimos, anhelamos un mundo mejor, que esta situación tan critica que estamos padeciendo pasé lo más pronto posible, que ya no exista tanto daño colateral, que nuestra gente entienda el momento tan difícil que estamos afrontando, es decir que le ponga mucho sentido, no podemos detenernos y culpar al pasado que cierto mucha culpa tiene de nuestros males presentes pero debemos remontarlo, afrontarlo.
La pandemia nos deja muchas enseñanzas, una de ellas es que no estamos preparados para situaciones de gran tamaño, sencillamente el mundo no ha podido con ellas, donde cada día surge voces alarmistas que debemos tomar con mucha cautela, esto es la vida y como tal tenemos que vivirla.
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