Alfonso Meza y Carmona.
Ya lo sabíamos pero teníamos el optimismo de que se recuperaría pero no fue así, ayer desafortunadamente nos enteramos de su muy triste partida, el joven Dr. Enrique Rodríguez Méndez nos había dejado, pasó a otra dimensión.
Lo conocimos hace muchos años cuando fue alumno en la ESGIM, siempre muy responsable, estudioso y brillando en el cuadro de honor de la escuela, formando la escolta escolar merced a sus altas notas, le auguramos un brillante futuro, como lo fue, hoy es ya un bello recuerdo.
Enrique abrazó la carrera de medicina, donde se especializó, destacó, además le gustó la enseñanza, tenía una inusitada fama por su carisma y apoyo a la gente muy vulnerable, atendía a muchos pequeños de la región, bien que lo sabíamos, de sus viajes los fines de semana a su natal Misantla ya que el laboraba en el Puerto de Veracruz, lo hacía realizando un gran esfuerzo para atender a sus pequeños, una callada labor que muchos pudimos constatar, pero ya no está, su partida es muy dolorosa.
Quienes lo conocimos, sabíamos de su gran calidad humana, estábamos al tanto del afecto que sentía mucha gente hacia su persona, de su desprendimiento material, de su ayuda, por ello fue muy impactante saber la noticia.
Se perdió una muy brillante mente de la medicina, es cuando viene la inevitable pregunta existencial de la partida de mucha gente buena, positiva, de mucho talento, personas que hacen un bien a sus semejantes pero no tenemos la respuesta a ello y sólo atinamos a decir que son los designios de la vida, inescrutables.
La vida seguirá, el mundo se seguirá moviendo pero habrá una persona menos que esperemos nos haga recapacitar, es lo que más deseamos.
Vida eterna para Enrique.
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