Alfonso Meza y Carmona.
Primera Parte.
Estamos a unas semanas de conmemorar el 110 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, el principal movimiento armado del siglo XX, una etapa definitiva en todos los ámbitos de la vida del pueblo, así que trataremos de relatar algunos acontecimientos de aquel México que hoy es historia.
Allá por el año de 1915 fue conocido como el “año” del hambre” derivado del terrible desabasto que se vivió en la ciudad de México, propiciado por los vaivenes políticos que se suscitaban en aquella dramática época.
Abastecer a la ciudad de México era toda una odisea en la que la mayor parte de insumos llegaban a la capital en tren un medio de transporte que era controlado por los militares que los utilizaban para sus fines como el traslado de tropas, insumos, pertrechos etc. por lo tanto no le daban la importancia debida la introducción a la ciudad de México granos, verdura, alimentos de todo tipo, carbón, eso propiciaba un terrible desabasto para los habitantes de la principal ciudad del país
A la par el ejercito implementó la requisa de caballos y mulas para utilizarlos con fines militares lo cual provocó una especie de “ahorcamiento” para transportar los víveres tan necesarios para la subsistencia de la población, de esa manera la ciudad de México padecía constantemente el desbasto.
Cuando la capital era controlada por el ejercito convencionista la población podría disponer de productos como frutas de tierra caliente, verduras, maíz que provenía de Toluca y otros alimentos pero no había carbón, un producto de primera necesidad para preparar los alimentos, pero el ejército convencionista atendía las necesidades de la tropa, la población civil sufría, esa era la constante.
Cuando la situación política y militar cambiaba también la población se atenía a las consecuencias, si era el ejército Constitucionalista de Carranza quien controlaba la ciudad de México, ocurría que los alimentos también escaseaban, la población sufría por la falta de los mismos, las escenas cotidianas de gente tratando de conseguir maíz, frijol, verdura, carbón, carne y demás alimentos se multiplicaba por las ciudades, aunado a el ocultamiento de comerciantes voraces que querían enriquecerse con los acontecimientos derivados de la Revolución.
En ese tenor, el gobierno convencionista contrario a los constitucionalistas, se reunieron, para analizar el terrible desabasto que sufría la capital así como el alza escandaloso de los precios que se padecía, un hecho que no podía dejarse pasar por alto.
Fue así como una nutrido grupo de mujeres se dieron cita en la Cámara de Diputados llevando sus canastas vacías exigiendo alimentos y diversos insumos así como un control para evitar la carestía y acabar con la desmedida ambición de algunos voraces comerciantes que ocultaban productos para después encarecerlos.
La respuesta de algunos delegados convencionistas fue otorgar algún dinero para lo cual organizaron una colecta entre los mismos convencionistas para las mujeres, pensaron que con esa mediática respuesta solucionarían el agudo problema desabasto de alimentos que se vivía en la ciudad de México sin embargo aquellas aguerridas mujeres les dieron como respuesta “no queremos dinero, queremos pan”, una lección que se traduce en queremos solución, no migajas.
En ese México del 1915 era común ver a la mujer mexicana con su típico rebozo y canasta en mano recorrer los mercados como el San Juan de la Merced , La Lagunilla, el Martínez de la Torre que por lo regular estaban cerrados ya que no había productos que vender, donde la falta de maíz, frijol eran lo cotidiano, días en que se veía a la población dispuesta a asaltar los comercios pero también a los comerciantes dispuestos a defender su patrimonio.
Fueron días muy difíciles por la situación que prevalecía en el país, los vaivenes políticos prevalecían y los diversos grupos intentaban imponer su política, una etapa difícil del México en siglo pasado.
En ese 1915, un año convulso propio del desorden que se vivía en México originado por la Revolución donde diversos grupos armados como los zapatistas, villista, de gobiernos convencionistas y constitucionalistas quería un predominio de su ideas, una etapa convulsa en la historia de México, una época de desacuerdos que fueron sentando las bases del México moderno.
Es menester decir que en la Convención de Aguascalientes los revolucionarios se dividieron, Zapata y Villa denominados convencionistas y constitucionalistas bajo el mando de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, los dos grupos querían liderar la Revolución.
La actitud valiente de aquellas mujeres en aquel año de 1915 que a toda costa buscaban llevar alimentos a la mesa familiar siempre será recordada como una actitud de respeto y dignidad, no era nada fácil oponerse a las disposiciones de los gobiernos de aquellas épocas que precisamente no tenían respeto por la vida humana ni de los derechos del pueblo.
Por todo lo anterior el año de 1915 fue conocido como el “año del hambre”.
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